Duro nos ha tocado a los emprendedores sortear un ambiente adverso y algo hostil en el cual no muchos estábamos preparados ante esta situación, viviendo el estrés diario de no saber qué deparará el futuro y cómo impactará sobre nuestras organizaciones.
Actualmente hemos tenido que vivir en entornos altamente volátiles, de incertidumbre, ambiguos y complejos, desde el estallido social seguida inmediatamente por la contingencia sanitaria producto del Covid-19. Muchos emprendedores no han podido abrir sus negocios, logrando realizarlo solo de manera intermitente hace prácticamente 18 meses, lo que ha significado grandes pérdidas en lo económico, y que claramente repercute en sus vida familiar y emocional.
Los números hoy son claros y contundentes, según la última encuesta realizada por la Asociación de Emprendedores de Chile (marzo,2021), donde nos entrega que el 85,1% de los encuestados ha visto su emprendimiento afectado por la pandemia, y un 50.2% de manera grave, lo que resulta alarmante. Seguido de un 36,8% que declara haber perdido más del 50% de sus ventas anuales, y un 77,8% considera que el mayor factor de riesgo para este año es la falta de liquidez por baja de ventas, seguido por las deudas con entidades financieras (36%), lo que denota un inmenso esfuerzo para salir de esta crisis, lo que no será inmediato.
Sin embargo, algo nos sorprende, dado que ante tal escenario sigue aumentando la creación de nuevos emprendimientos, tanto formales como informales. Iniciativas que muchas se crean por necesidad, con el objetivo de asegurar un ingreso en el hogar ante el aumento de la tasa de desempleo de Chile que entre enero y marzo alcanzó el 10,4 %, un aumento de 2,2 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.
Según el último Informe Mensual de Constitución de Empresas y Sociedades en el mes de marzo se registró la creación de 18.184 nuevas empresas a nivel nacional, cifra que representa un alza de 101,2% respecto al mismo mes del año anterior, dejando en evidencia la desesperación de la población ante la dificultad económica a nivel país.
Es por ello, que para entrar a un mercado o mantenernos tenemos que estar con una disposición a ser flexibles y pensar fuera de la caja, teniendo una mirada crítica hacia las necesidades y problemáticas del entorno en el cual transitamos. Esa es la única manera de sobrevivir con un modelo sostenible el cual debe ser diferenciador. La pandemia nos ha obligado a movernos de forma ágil y productiva ante las situaciones que van ocurriendo en el día a día. Incluso, las grandes empresas se han visto obligadas a cambiar sus procesos y trabajar de la mano con la tecnología para así responder a las crecientes y demandantes necesidades de los usuarios y clientes.
Por otro lado, los emprendedores han debido innovar en sus canales de comercialización y relación con el cliente de tal manera de poder responder a las nuevas necesidades en crecimiento, en donde hoy la innovación, la creatividad y la facilidad para poder acceder a productos y servicios por parte de los consumidores, resulta ser la única forma de poder sortear la adversidad en estos momentos, y con ello que los emprendedores tengamos una oportunidad de crecimiento y subsistencia.
Por consiguiente, es que los invitamos a seguir atentos a los cambios y necesidades del mercado, a no perder energías en situaciones que no agregan valor a la empresa, estar atentos a las nuevas tendencias, a confiar en nuestras capacidades y a seguir mejorando en nuestros negocios, en donde el amor y la pasión que vertimos, llegue a cada uno de nuestros clientes. Y que pese a la situación en la que nos encontramos, seamos capaces de mirar estos tiempos complejos (problemas), como una oportunidad en nuestras vidas. Si logramos sortear esta crisis vamos a poder con todo lo que se nos presente adelante.
Pedro Mandiola Fernández
Socio Fundador y Gerente General Co-Imagina Consultores SpA
Ingeniero en Información y Control de Gestión UNAP
Contador público y auditor UNAP
Diplomado en Emprendimiento e Innovación UC